Entrevista al Doctor Sandro Espinoza con respecto al panorama de los Young Arbitrators en el Perú - Centro de Análisis y Resolución de Conflictos PUCP

06/02/2019

Entrevista al Doctor Sandro Espinoza con respecto al panorama de los Young Arbitrators en el Perú

La dinámica de la presente entrevista será analizar el panorama de los “Young Arbitrators” en el Perú, cómo ha ido evolucionando y cómo debe seguir creciendo a partir de la experiencia del abogado Sandro Espinoza Quiñones y los miembros de Peruvian Young Arbitrators.

Entrevistador: ¿Quiénes pueden ser considerados dentro del grupo “Young Arbitrators” y cómo es que se ha fomentado su participación a nivel nacional e internacional? ¿Cuál es el panorama actual que tiene esta comunidad?

Dr. Sandro Espinoza: El panorama actual, a nivel mundial, es una tendencia clara de formar asociaciones de árbitros jóvenes. Como miembro fundador de Peruvian Young Arbitrators (en adelante, “PYA”), te comento que hicimos una investigación de cuántas asociaciones aproximadamente podíamos encontrar con una simple búsqueda. Al realizarla, te puedo informar que estamos hablando de aproximadamente 40 asociaciones con presencia en todos los continentes.

A nivel regional, también tenemos un movimiento que está empezando a tener presencia. En efecto, al día de hoy, tenemos asociaciones de Young Arbitrators y de practitioners en países como Colombia, Chile, Ecuador, México, Guatemala, Costa Rica, Honduras, etc.  Estas asociaciones se están formando de manera rápida y con bastante presencia en redes sociales.

Por otro lado, respecto de quiénes pueden ser considerados en este grupo, te puedo señalar que la tendencia mundial para ser considerado “Young” es por debajo de los 40 años; sin embargo, esto es muy relativo. A modo de ejemplo, hay una asociación muy específica en Washington DC, que reúne a Young Arbitrators para arbitraje de inversión; en este caso el rango se eleva a los 45 años, porque se entiende que en el arbitraje de inversión se necesita una experiencia un poco mayor a la que se tiene en otro tipo de arbitrajes. Esta tendencia a nivel regional y mundial, se está replicando hoy en día en el Perú. Nosotros como PYA, hemos iniciado este proyecto con el objetivo de reunir a jóvenes árbitros y practicantes de arbitraje en general, para tratar de difundir las mejores prácticas arbitrales en el Perú, a través de estándares internacionales.

Lo que queremos es desjudicializar el arbitraje, cambiar la práctica que se ha venido llevando desde hace 20 años y empezar a practicar el arbitraje como se hace en el mundo. Nuestra meta es capacitar y fomentar las mejores prácticas de manera organizada y con la ayuda de toda la comunidad arbitral.

Como muestra que los jóvenes nos estamos organizando, según la información que poseo, en unos meses se va a lanzar el “Lima Very Young Practitioners”, que congrega a jóvenes entre 25 a 35 años, que, si bien tiene un objetivo distinto al de Peruvian Young Arbitrators, pretende, de manera organizada, compartir experiencias entre jóvenes practicantes del arbitraje Finalmente, todo suma al objetivo final respecto de la consolidación y difusión de las buenas prácticas en el arbitraje.

Entrevistador: En el contexto de los “Young Arbitrators”, ¿cuáles son las habilidades que debe tener un árbitro en el Perú? ¿Deberían existir limitaciones para arbitrar dentro del país? ¿Es posible formar a una persona para ser árbitro, como un proceso, o es alguien que ya debe contar con ciertas habilidades?

Dr. Sandro Espinoza: Considero que un árbitro debe tener tres habilidades:

La primera es entender el arbitraje, y cuando hablo de entender el arbitraje me refiero a un principio fundamental que es la flexibilidad. Las personas involucradas en el arbitraje deben entender que, a partir de la flexibilidad, los dueños del arbitraje finalmente son las partes. Se debe entender que ser flexible implica buscar resolver de la mejor manera la controversia y ello solo se logrará si permites que las partes, con la mayor libertad, expongan sus posiciones sin estar pensando en preclusiones, siempre bajo un escenario de buena fe, claro está. Con ello pretendo señalar que se deben alejar las prácticas que devienen de una cultura judicial que hace bastante daño al arbitraje. En ese sentido, te puedo comentar que la primera habilidad que debe tener un árbitro es entender que el arbitraje es un fenómeno distinto a cualquier otro proceso, sobre todo el judicial.

La segunda habilidad que debe tener un árbitro es entender el caso y qué proponen las partes. Cuando hablo de entender el caso y entender qué proponen las partes, me refiero a que deben entenderlo desde un inicio. Nos encontramos ante un tema más de temporalidad, me explico.

Lamentablemente, tenemos una mala práctica arbitral en el sentido que el árbitro recién entiende el caso cuando está acabando, prácticamente, en la audiencia de informe oral. No existe una costumbre, como sí existe en el arbitraje internacional, incluso por el orden del proceso, en el cual los árbitros se encuentran prácticamente obligados a entender el caso desde un inicio, lo cual mejora sustantivamente todas las actuaciones arbitrales.

Al entender el caso desde un inicio, los árbitros pueden imaginar cuántas pruebas se van a tener que actuar e incluso qué pruebas serían idóneas. Incluso, en este último supuesto, se puede llegar a determinar las pruebas de oficio que el árbitro podría considerar que son necesarias de realizar.

Con estas acciones, los árbitros tendrán una mejor visión del caso, advirtiendo quizá la necesidad de solicitar algunos documentos que se mencionan pero que no se han presentado en el caso. Estos documentos pueden ayudar sustancialmente a resolver la controversia, pero lamentablemente, por no entender el caso desde el inicio, a veces los árbitros se dan cuenta de esta necesidad cuando ya están elaborando el laudo.

La tercera habilidad es el aspecto ético. No sé si llamarla habilidad, pero la ética que debe tener el árbitro es un aspecto del cual no puede prescindirse. Se debe tener claro que no se debe mantener relación alguna con las partes y, frente a la menor duda, debe aplicar, por decirlo de alguna manera, la regla inversa al principio de inocencia. Con ello señalo que, ante cualquier duda, el árbitro debería optar, en principio, por alejarse del caso. Esa es una práctica y una habilidad que no tienen todos, porque a veces, por desconocimiento, los árbitros no saben qué tienen revelar o no saben cuándo se encuentran frente a un supuesto de incompatibilidad.

Podemos llegar incluso al escenario en el cual, simplemente por desconocimiento de la situación en la que se encuentra un árbitro, puede recaer en un tema antiético que genere un problema de incompatibilidad. Este problema sucede en gran medida en provincia. Las provincias hoy en día se han vuelto una plaza con gran actividad arbitral, donde varios árbitros recaen en supuestos antiéticos no por serlos, sino por desconocimiento. PYA apunta a capacitar, con la ayuda de la comunidad arbitral, a estas personas para que puedan reaccionar al fenómeno arbitral de la mejor manera.

Entrevistador: ¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan los “Young Arbitrators” y cómo debe ser la formación de una persona para ser árbitro?

Dr. Sandro Espinoza: Cuando nosotros empezamos a elaborar el proyecto de PYA, observábamos que una de las características que requiere el cliente en un árbitro es la experiencia. En ese sentido, advertimos fácilmente cual era la principal barrera para un árbitro joven para iniciarse como árbitro en el Perú.

Nosotros analizamos que la experiencia no necesariamente se mide por los años. Por ejemplo, un árbitro con 35 años, si solo se mide por la edad, es evidentemente un árbitro joven; pero si nos ponemos a pensar que ese árbitro ya tiene 10 años de experiencia, quizás puede tener la misma experiencia que un árbitro de 50 años que empezó a los 40 años, que es el gran porcentaje del mercado de árbitros en el Perú.

Consideramos que se puede tener juventud y experiencia a la vez, lo cual es una combinación bastante positiva para ser árbitro.

Ahora, respecto a la formación de una persona que decide dedicarse a ser árbitro, para mí, la mejor manera es iniciar conociendo el procedimiento y la mejor manera es siendo Secretario Arbitral. Esta posición es la única manera privilegiada en la cual se puede observar, desde “afuera”, cómo funciona un Tribunal Arbitral, cómo razona, cómo aplica ciertas reglas y principios arbitrales, como delibera, cómo resuelve. Luego de pasar esa etapa de secretario arbitral, lo que yo recomendaría es empezar a litigar. Esta segunda etapa es la única manera en la cual, una vez que aprendiste la forma y cómo funciona el procedimiento arbitral, empiezas a empaparte con el fondo. Así, empezar a ver casos arbitrales como abogado y una vez que se tiene experiencia tanto en forma como en fondo, se debería a empezar a ser árbitro.

Entrevistador: ¿Cuáles son los elementos que se deben considerar para la elección de un árbitro? ¿Cuán importante resulta la experiencia siendo árbitro a la hora de ser asignado?

Dr. Sandro Espinoza: Para mí, lo primero que uno tiene que ver es si ese árbitro es realmente un buen árbitro. Con esto me refiero que un árbitro tiene que tener características básicas.

En primer lugar, la parte debe designar a un árbitro ético, íntegro. Sin duda, uno cuando lleva un caso y cuando le da la confianza a un árbitro, debe de estar seguro que va a resolver de la manera más objetiva, imparcial, independiente y con conocimiento. Esto último debe ser un segundo elemento para considerar. El árbitro debe ser especialista. Tiene que ser realmente un experto en la materia que se está tratando, el conocimiento es algo que finalmente va a favorecer a todos los que actúan en un arbitraje.

La tercera, en mi opinión, es algo que no se toma mucho en cuenta. Al momento de su designación, el árbitro tiene que tener tiempo, porque el factor tiempo hoy en día es realmente importante. Estamos en un país en el cual tenemos árbitros que tiene 80, 100 o 120 casos, por el mismo contexto y la normativa peruana que implica que las controversias con el Estado se arbitran. Ello nos coloca en un escenario en el cual un árbitro puede tener 100 casos, lo cual, a mi modo de ver, es materialmente imposible que pueda involucrarse de manera personal en cada uno de ellos.

Actualmente lo que está sucediendo, lo cual considero que no es una buena práctica, es que los árbitros simplemente están delegando su función (la cual debe ser personalísima), en asistentes, abogados e incluso en el mismo secretario arbitral. Esta es una práctica que se debe erradicar, y las partes deben tomar en cuenta cuando designen a un árbitro, cuantos casos está llevando y si realmente se va a involucrar de manera personal en el caso.

Entrevistador: ¿Cuál debería ser la labor de las instituciones arbitrales para la inclusión de los Young Arbitrators en nuestro País? ¿La comunidad de árbitros jóvenes está preparada para asumir la presidencia de los tribunales arbitrales o es mejor iniciar como árbitro de parte? ¿Cuál es mejor rol que debería tener un árbitro joven es los tribunales?

Dr. Sandro Espinoza: La labor que creo deben de tener los centros y que considero está sucediendo el día de hoy, es que generen un espacio académico para el árbitro joven, un espacio donde pueda exponer, compartir experiencias profesionales. No considero que los centros de arbitraje deban establecer “cupos” para los árbitros jóvenes en las listas.

Y es que debo decir, y es política de PYA también, que no creemos en las cuotas, dado que consideramos que el mercado mismo debe generar ese cupo y, por lo tanto, más que una labor de los centros, es una labor del árbitro joven de capacitarse, generar experiencia y poder él mismo, a través de la academia, generase un espacio.

La labor donde sí pueden cooperar las instituciones arbitrales y, de hecho, sé que el Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la PUCP y la Cámara de Comercio de Lima lo están haciendo es en designar árbitros jóvenes en los casos de menor cuantía. Estos casos pequeños y que tienen una cláusula arbitral, pueden ser excelentes oportunidades para generar experiencia en los árbitros jóvenes.

En este tipo de casos, no veo diferencia en la capacidad del árbitro joven para ser presidente o árbitro designado por una de las partes. Creo que, en casos pequeños o medianos, la experiencia del árbitro joven se va a enriquecer y estará a la altura de las circunstancias, estamos evidentemente hablando de un árbitro joven que tiene experiencia suficiente y una debida capacitación notable, sea aquí como internacionalmente, y que va a resolver perfectamente la controversia.

Entrevistador: ¿Cómo debería ser la formación ética en un árbitro joven y cómo influye la labor de las universidades en la formación de valores éticos para combatir la corrupción?

Dr. Sandro Espinoza: Desde mi experiencia personal, es muy importante que las universidades dicten cursos de ética en pregrado. A veces pensamos, de manera errónea, que la ética solamente se forma en casa y que no se puede aprender. Cuando uno empieza a llevar cursos de ética, se da cuenta que lo que pensaba que era ético no es ético y que lo que pensaba que era antiético quizás es ético. Esto es un tema totalmente conceptual, incluso en postgrado se llevan cursos de ética porque el problema ético va a seguir contigo toda la vida, la función de las universidades es realmente fundamental.

Ahora, uno no solo aprende ética en las universidades, sino que aprendes del ejemplo. Cuando empiezas a ser un profesional, el árbitro joven aprenderá de lo que observa en la práctica arbitral, dicen que uno aprende de su mentor el 30% de lo que le enseña y el otro 70%, lo imita. Es por ello que es muy importante predicar con el ejemplo.

Lamentablemente vemos en la actualidad, que existen árbitros nacionales prófugos o con detención preventiva. Este definitivamente no es el ejemplo a seguir. Considero que se ha generado un fenómeno en el cual, algunos árbitros no han medido sus actos, generando una “bola de nieve” de tal magnitud, que nos ha llevado a la situación que nos encontramos hoy en día. Hay estudios que hablan de una amígdala cerebral, la cual señala que, mientras menos actividad tiene en el ser humano, menos temor sentimos a realizar actos anti éticos, y esto es, por decirlo de alguna manera, progresivo.

Me explico. Una persona corrupta empieza con situaciones muy leves y simplemente esta actividad hace que la amígdala cerebral empiece a perder actividad progresivamente. Así, lo que empezaba con actos de corrupción muy leves (por decirlo de alguna manera) empieza a crecer con actos de corrupción que generan más daño a la sociedad. Esto es justamente lo que ha sucedido.

Desde hace un tiempo, algunos árbitros realizaban actos antiéticos y no tenían consecuencias, lo que generaba que continúen haciéndolo con mayor magnitud. Sin embargo, llegó un momento en el que ya el tema simplemente degeneró.

Por esa razón ahora vemos la situación actual de algunos árbitros involucrados en escándalos, la bola de nieve creció demasiado. Es por ello que para los árbitros jóvenes, es muy importante la formación ética y ser consciente de qué ejemplo no debe ser copiándolo. Empezar a difundir buenas prácticas éticas es uno de nuestros objetivos en PYA. Se debe empezar a tener una sólida formación ética y desterrar esos malos elementos.

Entrevistador: ¿Cuál sería el reto de los estudios de abogados en la formación de los Young Arbitrators en nuestro país? y ¿cómo se debería incentivar desde los mismos estudios a estos árbitros jóvenes?

Dr. Sandro Espinoza: A propósito de una entrevista a Gary Born, donde le hacían una pregunta sobre qué debería hacer un país latinoamericano para ser sede internacional, él señaló que la mejor manera es que los estudios de abogados deberían fomentar que sus asociados más jóvenes sean enviados a estudiar al extranjero y que vean cómo se practica el arbitraje internacionalmente.

Así, una vez hayan aprendido, regresen al país y puedan plasmarlo en su práctica local. Esta es la mejor manera de traer prácticas internacionales al país y que se empiece a practicar de la mejor manera. Se que los estudios de abogados, al menos los principales, lo hacen. Se fomenta que sus asociados jóvenes o seniors puedan tener estudios en el extranjero y no solamente eso, sino que también hacen contactos para que puedan practicar en firmas extranjeras, para que cuando regresen puedan plasmarlo en su práctica habitual. Considero que de esa manera empezará a mejorar sistemáticamente toda la práctica arbitral en el Perú.

Entrevistador: ¿Qué retos enfrenta el arbitraje en nuestro país y cuáles son los objetivos o el lineamiento frente a la inclusión de los Young Arbitrators? ¿Cuáles son los objetivos a corto, mediano y largo plazo de los árbitros jóvenes? ¿Qué experiencias se deben formar para esta comunidad en el Perú?

Dr. Sandro Espinoza: No sé si llamarlo un reto para el arbitraje, considero que es más un reto para los jóvenes.

El reto para los jóvenes es empezar a darnos cuenta que está en nuestras manos mejorar las prácticas arbitrales en el país. Con esto no quiero ser limitativo a la capital, considero que la única manera de mejorar las prácticas es capacitando a nivel nacional y justamente voy a unir las preguntas que me haces porque creo que la mejor manera en la que te puedo responder es explicándote los objetivos que tiene PYA.

Lo que quiere PYA es capacitar a partir de estándares internacionales a gente en provincia que no necesariamente puede viajar a Lima a capacitarse e incluso se ve limitada de poder acceder a capacitaciones en el extranjero. Se debe empezar a explicar qué es el arbitraje, a partir de talleres y no de eventos de uno o dos días, sino de talleres que duren dos o tres meses donde se estudie, a través de una teoría del caso, las distintas ópticas que muestra el arbitraje.

Por otro lado, nuestra idea es hacer comunidad. Buscamos empezar a capacitar en provincia para que, luego, esa persona que fue capacitada empiece a ser capacitador en su provincia. La finalidad de PYA es que la persona capacitada aprenda y capacite en su provincia, haciendo justamente comunidad.

Con ello, podríamos lograr hacer una red de capacitadores a nivel provincial para que no exista la necesidad que un profesional del extranjero de Lima, tenga que ir a capacitarlos, sino que ellos mismos tengan los conocimientos suficientes para llevar de la mejor manera los arbitrajes que se generen en su ciudad. Es importante también la labor de las universidades y de las Cámaras de Comercio puesto que esa capacitación hará que existan mejores profesionales y necesariamente un mejor árbitro joven, sin duda.

Debo señalar que no somos de la opinión de forzar cuotas para los árbitros jóvenes. Consideramos que la mejor manera es capacitarse profesionalmente y académicamente, escribir, publicar, dictar y de esa manera, la comunidad y el mercado van a observar al árbitro joven como una real opción, con un visión fresca y más capacitada a nivel internacional, porque hoy en día los jóvenes buscan capacitarse en el extranjero, lo cual genera valor en el mercado. Creo que en poco tiempo, el árbitro joven será una opción, pero debemos estar preparados para cuando esa oportunidad llegue, capacitados tanto profesional, académica y sobre todo, éticamente.